Preparar unas oposiciones puede ser muy duro y más, si es la primera vez que te presentas a una y no sabes por donde comenzar.
Las dos cosas más importantes para salir airosos de unas oposiciones es, sin duda, la dedicación y la motivación, que deben de ser muchas para mantener el ánimo durante el proceso y finalizar los exámenes con buena nota.
Lo cierto es que la clave para aprobar unas oposiciones radica en cuatro aspectos: el trabajo, la ilusión, las emociones y la técnica.
Y ninguna de ellas hay que perderlas en todo el proceso. Por eso, a continuación, os contamos los aspectos más importantes que debes tener en cuenta para aprobar unas oposiciones.
1. La importancia de la información
Al tomar la decisión de estudiar unas oposiciones, es esencial estar bien informado. Para empezar, hay que saber si esas oposiciones son las que mejor se ajustan a tus objetivos. Por ejemplo, si buscas un puesto de trabajo en algo relacionado con lo que te has formado o si buscas un puesto estable y hacer promoción interna.
Por otro lado, también es muy importante conocer los requisitos que solicitan en cada convocatoria. Cabe destacar que cada comunidad autónoma tiene sus propios requisitos y plazos.
No obstante, hay cinco exigencias básicas: tener la nacionalidad española; tener entre 16 y 65 años; no estar afectado por ningún expediente disciplinario; poseer la capacidad funcional para desempeñar las tareas que correspondan al puesto y tener la titulación que se exija para la plaza que se quiere conseguir.
De esta forma, hay que estar pendiente del Boletín Oficial del Estado o de los diferentes boletines de las Comunidades Autónomas porque ahí es donde se anuncia la convocatoria y todo lo relacionado con ella. Aunque, claro, hay que tener en cuenta que son muchos los boletines que se publican todos los días y, para eso, en OpeSalud tenemos un apartado donde publicamos todas las convocatorias de oposiciones para que te sea más fácil acceder a esta información de una manera resumida y sencilla.
2. Previsión
La previsión es un elemento también considerable, puesto que, antes de tomar una decisión (o incluso una vez tomada), es bueno saber a qué te vas a enfrentar. Lo más aconsejable es examinar las diferentes convocatorias que se han publicado en los últimos meses, o años, de los puestos que te interesen.
Además, es importante ver qué tipo de pruebas de la oposición se realizan en la convocatoria que te interesa, así como las posibles dificultades con las que te puedes encontrar. Todo ello con la intención de que, cuando llegue el momento de examinarte, tengas mecanismos para solventar estas dificultades.
De esta forma, puedes buscar el temario o el número de exámenes que suelen tener esas oposiciones, así como la baremación de los méritos relacionados con el puesto, es decir, la fase de concurso, el plazo desde la publicación de la convocatoria hasta el primer examen y la titulación que exigen para poder presentar la solicitud.
3. Decisión y preparación
Una vez informado sobre todo lo necesario, hay que decidir la forma en la que te vas a preparar la oposición. Hay tres opciones: estudiar por tu cuenta, hacerlo con la orientación de una academia o con un preparador de oposiciones online.
Lo cierto es que preparártelo a título individual no es aconsejable, sobre todo porque tienes que conseguir los materiales para estudiar y no hay ni libros oficiales ni temarios, lo único que se puede encontrar es el programa que incluye cada convocatoria, que está compuesto por epígrafes o temas que podrían aparecer en el examen.
Entonces, ¿cómo consigo el temario? Una de las opciones es confeccionarlo por cuenta propia, aunque lo más fácil es comprarlos ya preparados. No obstante, siempre viene bien tener a alguien que te oriente y explique el contenido.
De todas formas, elegir estudiar por propia cuenta, en una academia o con un preparador depende, en gran medida, de si necesitas ayuda para ser constante o del compromiso que estés dispuesto a aceptar.
4. Planificación
Para aprobar una oposición es vital tener una buena planificación y organización.
Cuando planificamos nuestros estudios, lo que en realidad hacemos es optimizar los recursos que tenemos. Por eso, antes de empezar a estudiar, debes responder a preguntas como en qué lugar vas a estudiar, cuándo y cómo.
De esta forma, para realizar una planificación de todo el tiempo de estudio, lo primero que hay que hacer es marcarnos un principio y un final, para así establecernos, también, una serie de metas u objetivos. Otro de los aspectos importantes en la planificación es decidir qué parte del día le vamos a dedicar a este estudio.
Si se hace una buena planificación, se establecerán las pautas de qué vamos a hacer y cómo lo vamos a hacer, sin que, en momentos de debilidad, no sea válida ninguna excusa. Hay que recordar que el compromiso es contigo mismo.
No obstante, si no puedes seguir la planificación al pie de la letra, siempre puedes replanificarla, corregirla y ajustarla.
5. Ritmo y constancia
¿Por qué mi compañero, que estudia igual que yo, saca más nota en los exámenes? Es una pregunta que, a lo largo de nuestra formación educativa, nos la hemos hecho en más de una ocasión. En las oposiciones, también se vive una situación parecida: ¿Por qué hay opositores que, teniendo la misma dedicación y esfuerzo, consiguen plazas y otros no?
La respuesta a esta pregunta es difícil, ya que son varios los motivos por lo que esto ocurre, aunque uno de los más destacados es por el ritmo y la constancia. Prepararse una oposición no es estudiar varios días, parar una semana, y luego volver a hacerlo. Hay que ir a por ellas desde el primer momento.
La clave se encuentra en controlar el ritmo y la intensidad, puesto que, si no los controlas, pueden aparecer pensamientos negativos y arrepentimientos que pueden llegar a desmotivarte.
6. Los descansos también son importantes
Cuando se cae en la rutina del día a día preparando unas oposiciones, es fácil caer en el pensamiento de “no puedo permitirme parar”, y eso conlleva a que cualquier rato libre que tenga el opositor lo aproveche para prepararse y no para descansar.
El pensamiento de “cuánto más estudie, mejor” es más común de lo habitual y lo cierto es que, por muchas horas que estudies, no vas a estudiar más ni a rendir mejor.
El tiempo de descanso también forma parte del estudio y necesitas que tanto tu mente como tu cuerpo descansen y recarguen pilas, ya sea diariamente o semanalmente.
Además, también se debe descansar mientras estás estudiando, por lo que es importante que encuentres qué es lo que mejor te funciona a ti para gestionar correctamente tu tiempo de descanso.
7. Técnicas de estudio
Existen una gran variedad de técnicas de estudio que ayudan a mejorar la productividad a la hora de prepararse unas oposiciones. Así, algunas de las más conocidas son:
- Estudia en sesiones fragmentadas, es decir, que dividas las secciones en bloques de tiempo. Es más efectivo estudiar 4 horas con descansos que 5 horas seguidas. De hecho, según algunos estudios, la mayoría de los estudiantes empiezan a tener síntomas de cansancio a los 25-30 minutos.
- Haz tus propios apuntes. Ya sea porque te prepares los temas por cuenta propia o con ayuda de un profesional, es importante que te hagas resúmenes y esquemas, porque te ayudará a entender mejor el contenido y recordarlo.
- Dibuja tus mapas mentales. Nuestro cerebro tiene capacidad limitada y, por ello, debemos usar técnicas para recodar la información de una manera más eficaz. Algunas opciones para ello es utilizar colores, diferenciar contenidos y dibujar mapas mentales.
- Grabarse redactando el contenido. Cuando escuchamos una canción que nos gusta, siempre acabamos aprendiéndonos la letra con solo escucharla. Esto funciona también en los estudios, ya que verbalizar el contenido ayuda recodar mejor la información.
8. Sistema de recompensas y castigos
Prepararse unas oposiciones no es fácil: hay que tener mucha fuerza de voluntad y compromiso con uno mismo para tener esa constancia necesaria.
Precisamente, una de las cosas que ayuda a conseguir los objetivos establecidos es dividir nuestra gran meta en pequeñas metas, que vayan acompañadas con recompensas. Eso hará que el camino sea más gratificante y que la motivación sea mayor. De esta forma, puedes recompensar los esfuerzos con algo que te resulte agradable.
Pero, por otro lado, si no cumples con lo planificado, también puedes imponerte pequeños castigos, como puede ser estudiar una hora más o estudiar un sábado.
9. No perder la confianza
Comenzar a estudiar para sacarse unas oposiciones no es una tarea complicada, al menos al principio. La motivación y la ilusión están muy presentes en los primeros meses, pero, conforme pasa el tiempo, la rutina, la monotonía, el aislamiento y el descenso de vida social influyen negativamente y desembocan en dudas y crisis personales.
De esta forma, aparecen los pensamientos negativos, la frustración o la desmotivación. Lo negativo de esto no es que aparezcan, sino que no sepas qué hacer cuando esto ocurre.
Existe una serie de recomendaciones que permiten gestionar estos estados de activación de una forma más eficaz, pero lo que debes tener en cuenta es que las emociones van y vienen, pero los planes continúan y motivan.
Además, ¿por qué no vas a aprobar un examen? Seguro que te has enfrentado a situaciones peores y, una vez obtenidos los resultados, las personas que consiguen su metan experimentarán un sentimiento inmenso de alegría.
Porque, como dice el dicho popular, al final todo esfuerzo tiene su recompensa.