Cada vez son más las personas que optan por prepararse unas oposiciones para ser funcionarios. De hecho, en los últimos años, la plantilla de la Administración Pública ha crecido, según la Encuesta de Población Activa, que se publicó en octubre de 2019, y que mostró que el empleo público se situaba, por entonces, en 3,2 millones de trabajadores, es decir, 268.000 más que en 2018.
Este incremento de las personas que deciden acceder al empleo público viene determinado también por un aumento del número de ofertas de plazas, puesto que todos los funcionarios que comenzaron en los primeros años de la democracia ya tienen edad de jubilarse.
Además, ser funcionario también tiene una serie de ventajas en el ámbito laboral muy atractivas, sobre todo en el ámbito sanitario, que lo convierten en una opción muy rentable a largo plazo.
A continuación, te contamos algunos de los aspectos básicos de ser funcionario y las ventajas que tendrías si aprobases las oposiciones.
Tabla de contenidos
· ¿Qué significa ser funcionario?
· ¿Qué tipos de funcionario existen?
· Perfiles de los funcionarios
· ¿Qué ventajas tiene ser funcionario?
¿Qué significa ser funcionario?
Hoy en día, es raro no mantener una conversación relacionada con el trabajo y no escuchar la palabra funcionario, refiriéndose a ellos como privilegiados que tienen un puesto estable para toda la vida. Pero, ¿qué es exactamente un funcionario?
Básicamente, es una persona que desempeña un empleo público, es decir, que realiza funciones en un organismo del Estado. Estas funciones son retribuidas en las Administraciones publicas al servicio de los intereses de los españoles.
Lo cierto es que quienes desempeñan su labor como funcionarios suelen tener un contrato de trabajo muy diferente al que se presenta en la actividad privada, con condiciones más beneficiosas.
Pero ser funcionario no es tan sencillo, puesto que requiere de mucho trabajo personal y de mucha constancia en el estudio. Por eso, la mayoría de las personas que quieren presentarse a unas oposiciones optan por realizar formación online, cursos presenciales o contar con preparadores personales.
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¿Qué tipos de funcionario existen?
Existen diferentes tipos de funcionarios, que se pueden dividir teniendo en cuenta dos criterios: según su contrato y las tareas que desempeñan y según su formación previa y su trabajo. En este sentido, la primera de ellas, a su vez, se divide en funcionarios de carrera, interinos, personal laboral y personal eventual.
El funcionario de carrera engloba a los individuos que tienen acceso a un puesto de trabajo permanente en la Administración Pública y desarrollan servicios de carácter estable con sus pertinentes retribuciones fijas. De esta forma, han atravesado con éxito un proceso de selección o de oposición.
Por otro lado, se encuentran los funcionarios interinos, que son aquellos que desempeñan servicios transitorios, ocupando plazas destinadas a los funcionarios de carrera. Los contratos no suelen superar los seis meses de duración dentro de un periodo de 12 meses.
En cuanto al personal laboral, ya sea fijo, por tiempo indefinido o temporal, engloba al colectivo de trabajadores que trabajan para la Administración Pública y cobran, pero que no pertenecen a la plantilla del personal funcionario ni de personal eventual.
El personal eventual son aquellos trabajadores que prestan sus servicios de una forma transitoria en puestos de trabajo expresamente de confianza o asesoramiento especial.
Por otro lado, tenemos los funcionarios que se clasifican según su formación previa y su trabajo. En este grupo se dividen en A, B, C, D y E. Así, en el grupo A, se encuentran los cuerpos o escalas para los cuales es necesario un título universitario, de ingeniería superior, licenciado, doctor o arquitecto. Generalmente, realizan funciones de alta gestión y de dirección.
En el grupo B, lo que se requiere es el título de Técnico Superior o de un diploma universitario, dedicándose a la gestión y ejecución, mientras que el grupo C, se necesita el título de Bachillerato o Ciclos Formativos de Grado Superior. Normalmente, se centran en tareas administrativas y de archivo.
El grupo D está destinado a los trabajadores de apoyo y es necesario el Graduado en ESO y, por último, en el grupo E se quiere el Certificado de Escolaridad y, generalmente, se centra en tareas auxiliares.
Perfiles de los funcionarios
Actualmente, el empleo público interesa a dos tipos de personas. Por un lado, a los jóvenes que acaban de finalizar sus estudios, ya sea bachiller o la Universidad, y que buscan un futuro laboral con las ventajas que tiene ser funcionario.
Por otro lado, se encuentran los profesionales con una trayectoria profesional en la empresa privada, que deciden prepararse unas oposiciones con la intención de buscar una estabilidad y una mejora en su calidad de vida.
¿Qué ventajas tiene ser funcionario?
No es difícil escuchar a alguien decir “si eres funcionario, tienes la vida resuelta” y, sin duda, esa es la principal ventaja de ser funcionario: el empleo estable. Mes tras mes, el funcionario recibe su salario y, dos meses al año, una paga “extra”. A esto se suma que los casos de reducción de plantilla o despidos son inexistentes y que puedes seguir trabajando en la función pública hasta la jubilación. Esto provoca una la seguridad de que tendrá un trabajo fijo para toda la vida.
Otra de las ventajas es el horario. En el sector privado, la dedicación a la empresa se mira con lupa y, en algunas ocasiones, se tienen por más dedicados a aquellas personas que se van más tarde a casa. El funcionario tiene un horario establecido que, normalmente, es por las mañanas y alguna que otra tarde. Esto conlleva a la conciliación de la vida familiar.
Las Administraciones Públicas ofrecen la posibilidad de promoción y movilidad en los puestos de trabajo. De esta forma, el funcionario tiene la posibilidad de ascender profesionalmente, ya sea dentro del mismo grupo o escalando a un grupo superior a través de la “promoción interna”.
Asimismo, los funcionarios gozan de toda una serie de permisos retribuidos, es decir, pueden ausentarse del trabajo sin que ello implique una reducción de su salario, como, por ejemplo, una boda, embarazo, cuidado de hijos, mudanza… Además de derechos laborales donde se encuentra la jubilación, la cotización en la Seguridad Social, la igualdad salarial para hombres y mujeres, flexibilidad a la hora de vestir…
La última ventaja, y una de las más importantes, es el estrés, que es mucho menor para los funcionarios que para las personas que trabajen en el sector privado.