Una oposición es un proceso duro similar a una carrera de fondo que exige motivación, disciplina, mucho trabajo y una pizca de inspiración y suerte. El sistema para convertirse en funcionario está diseñado para, por un lado, evaluar la capacidad de los aspirantes y, por otro, establecer un orden de preferencia según la puntuación que cada candidato obtenga en las pruebas. Así que en el examen se compite contra las preguntas que aparecen en el papel, sí, pero sobre todo contra el resto de candidatos.
Cuando te decidas a preparar una oposición, el siguiente paso es decidir si vas a prepararla por tu cuenta o contar con ayuda externa. La decisión dependerá de muchas circunstancias, lo que está claro es que es la siguiente decisión a tomar. Deberás inclinarte también ¿trabajo o dejo de trabajar? ¿estudio en casa o en la biblioteca? ¿oposito por mi cuenta o me busco un preparador? ¿será mejor una academia? Entre tanta competencia, ¿cuál es la mejor forma de estudiar para unas oposiciones?
Academias y preparadores son referencia obligada, pero cada vez más opositores deciden estudiar por su cuenta, bien por el ahorro que supone o bien porque compaginan los estudios con el trabajo y apenas tienen tiempo para ir a clase.
Todo opositor se plantea esta cuestión antes de empezar a estudiar. Uno piensa si será capaz de estudiar por sí solo, si tendrá la fuerza de voluntad necesaria, si será encontrará el temario completo, actualizado y que se adapte a sus preferencias y necesidades, a preparar los ensayos de exámenes… Muchos deciden que sí, que son capaces. Es posible aprobar unas oposiciones preparadas por libre. Tienen un gran tesón y una fuerte confianza en sí mismos. Creen que podrán hacerlo, que se organizan bien y además tienen al mejor aliado a su favor: el tiempo. Fenomenal. Adelante.
Es obvio que estudiar por nuestra cuenta es más barato aunque consideramos, si es factible, que no debería ser la razón primordial. Los horarios los marcamos nosotros y el temario está personalizado ya que somos nosotros mismos los que decidimos qué estudiar, qué bibliografía nos encaja más o qué temas tienen más o menos importancia…
La experiencia de algunos opositores demuestra que sí es posible preparar con éxito unas oposiciones por libre, especialmente si el temario es reducido y no se existen pruebas prácticas. Sin embargo, las posibilidades se reducen cuando el temario es más extenso o hay pruebas orales y prácticas complejas, siendo muy aconsejable en estos casos recurrir al asesoramiento y apoyo de un preparador particular, o bien apuntarse a una academia especializada en preparación de oposiciones.
¿Es posible prepararse por libre para un reto así? Requiere un esfuerzo personal extra. El perfil del opositor que va por libre ha aumentado y el 33% se prepara en solitario. La mayoría compagina el estudio con un trabajo y lleva entre uno y dos años opositando. Es habitual también que este tipo de opositor haya tenido un primer contacto con las academias y que después haya decidido continuar por su cuenta.
La vía solitaria supone, ante todo, un ahorro económico. También vas a necesitar un alto nivel de organización para marcarte una rutina sostenida en el tiempo. Además de una buena dosis de disciplina y concentración para ser capaz de cumplir con los objetivos que has definido.
Algunas personas que, por sus responsabilidades profesionales o familiares disponen de un tiempo muy ajustado, prefieren preparar sus oposiciones por libre para ahorrarse así tiempo en desplazamientos y clases, y también por los mencionados motivos económicos. En estos casos es conveniente utilizar al máximo los recursos que brinda actualmente Internet: temarios, tutoriales, exámenes y hasta clases on line.
Si te decides por esta opción, te recomendamos mires en Opesalud un artículo más detallado titulado Qué hacer para aprobar la OPE y conseguir Plaza https://www.opesalud.com/como-aprobar-las-oposiciones, aunque a continuación te dejamos un pequeño resumen con los puntos más destacados a tener en cuenta. Si te has decidido a intentarlo por tu cuenta, estos son los pasos para superar con éxito el reto:
No hay libros oficiales y la única guía para saber qué hay que estudiar es el programa que se incluye en cada convocatoria, que es una mera relación de epígrafes o temas sobre los que versará el examen.
Lo habitual es comprar temarios ya preparados, elaborados por editoriales o academias especializadas cuyo precio puede rondar los 60 euros. Hay incluso quien compra dos para contrastar y completar la información pues ningún temario está siempre completo, el tribunal te puede preguntar dentro de la ley aquello que considere, como ha sucedido en no pocas ocasiones.
Hay, sin embargo, quien prefiere confeccionarlos desde cero, pues cada uno sabe el tiempo que necesita y su método de estudio y elaboran su propio temario, consultando la ley y los manuales. Este trabajo puede llevar, como mínimo, entre cuatro y seis meses de trabajo tenerlo completo, tiempo extra inevitable, pero a la vez te sirve porque eres mucho más consciente de tu oposición.
En cualquier caso, no puedes quedarte solo en la teoría: hay que hacer baterías de test, supuestos prácticos resueltos, exámenes de años anteriores, simulacros… Hay que tener cuidado, porque uno de los principales errores es estudiar con temarios que han quedado desactualizados. Así, la legislación cambia constantemente y, mientras que en las academias lo normal es que se vaya avisando de las modificaciones y actualizando los temarios, si vas por libre ese trabajo te toca hacerlo a ti.
¿Horas u objetivos? Medir el tiempo no siempre es fácil y, de hacerlo, realmente ¿cuánto está dedicado al estudio pleno?
Desde nuestra óptica, consideramos mejor trabajar por objetivos. En general es preferible estudiar por tiempo antes que por material porque no todo el material es igual de fácil y ello puede generar frustración.
En lo que todos coinciden es en la necesidad de planificar el estudio.
Cuando vas a una academia o a un preparador se busca a alguien que le obligue y que planifique los temas y test. Cuando vas por libre, es una lucha contra ti mismo.
Con una buena organización te concentras mejor porque no tienes que estar tomando decisiones todo el día. Aconsejamos elaborar un horario y también un cronograma para marcarse metas tanto a corto como a medio y largo plazo y desde luego, siendo flexible y no acabar frustrado donde se incluya el descanso cada 50 minutos descansando 5.
Recomendamos empezar por una lectura completa del temario como primera toma de contacto para tener una visión global. Posteriormente prestar especial atención a la fase de subrayado y no caer en el error habitual de terminar destacándolo todo. Por otro lado, lo ideal es tener un proceso definido en varias fases, comenzando con un resumen y después hacer esquemas, de forma sucesiva y cada vez más condensados.
Con independencia de la técnica, distinguimos dos niveles de estudio: la comprensión y la memorización. Siempre que sea factible es mejor razonar la información, dejando la memorización de datos concretos para cuando no se pueda deducir como en el caso de cifras, plazos, artículos... Además hay que ejercitar la concentración, tener presente que estás haciendo algo que te gusta, recordar de forma periódica cuál es tu motivación y planificar los descansos adecuadamente.
Finalmente, la técnica de estudio también se tiene que adaptar al formato de la prueba, dependiendo de si es test, preguntas cortas, desarrollo de un tema, exposición oral…
Es la parte más importante. Y es que prepararse para una oposición consiste en estudiar el temario, sí, pero se trata sobre todo de ser capaz de recuperar, el día del examen, información que probablemente estudiaste hace unos meses. Por eso, en tu planificación tienes que hacer hueco para el repaso. Y el atracón al final no es lo más efectivo. Es preferible trabajar con bloques más compactos y hacer repasos espaciados en el tiempo (sistema de vueltas). Otros optan por el llamado método de arrastre que consiste en avanzar en paralelo con el estudio y el repaso. Así, por ejemplo, si la primera semana estudias tres temas, la segunda te pones con los tres siguientes y repasas esos tres primeros. Haber asimilado bien los temas con esquemas y resúmenes propios en la fase de estudio es fundamental para después poder repasar. Ayúdate también con baterías de test (una herramienta básica en la dieta de estudio de la mayoría de las oposiciones) y con ejercicios de autoevaluación (por ejemplo, confeccionar tus propias preguntas cortas).
Cuando descartamos la ayuda externa en la preparación de oposiciones perdemos la oportunidad de obtener:
Si se opta por estudiar oposiciones por libre es muy recomendable:
En general, estudiar oposiciones por libre requiere de un esfuerzo añadido y una autodisciplina el mayor, puesto que no se cuenta con el apoyo de un preparador o profesor que marque el ritmo de estudio y asesore sobre qué es más importante y qué menos. También se pierde la oportunidad de obtener información sobre las preguntas o temas que suelen aparecer con más asiduidad en las pruebas de una determinada oposición.
Otros, desde un primer momento, deciden que la mejor opción es preparar las oposiciones con un preparador. Necesitan apoyo y alguien que les anime en los momentos más delicados, que les oriente, además de que consideran que se preparan mejor para los exámenes porque les corregirán y orientarán en su preparación, información sobre convocatorias, alguien que corrija sus ensayos de exámenes y que también aportarán un temario más completo y actualizado del que individualmente podrían conseguir. Muchos trabajadores optan, también, por esta vía ya que os supone una ayuda extra, tener a alguien a quien preguntarle dudas. Ya sabemos lo difícil que es estudiar y trabajar a la vez. Toda ayuda es buena. Aunque las cifras son muy claras, el porcentaje aprobados entre los opositores que estudian con preparador es muy alto, alrededor del 75%.
También tenemos a aquellos aspirantes que escogen las dos vías anteriores a lo largo de sus vidas como opositores. Primero optan por estudiar por cuenta propia, como autónomos y al no conseguir su objetivo vuelven a intentarlo con un preparador que les guíe. Los dos caminos son buenos y ambos tienen sus espinas y cuál es el mejor para nosotros sólo lo deciden nuestras circunstancias. Ambos tienen sus ventajas e inconvenientes.
La gente, en general, carece de voluntad. El ser humano es perezoso por naturaleza y a menudo nos cuesta realizar una actividad aunque sepamos que nos va a conducir hacia el éxito, cuesta salir de la zona de confort a la que inconscientemente estamos habituados y los cambios son vistos como invasivos por desconocidos en un primer momento. La preparación de una oposición es como una carrera de fondo: un proceso más o menos largo que exige una gran fuerza de voluntad para mantener una intensidad de estudio adecuada de forma continuada en el tiempo.
Ante la falta de voluntad, muchos se apuntan a una academia para obligarse a dedicar una serie de horas semanales a la oposición y que nos lo den todo medio hecho. Tras pasar una tarde en la academia escuchando a tu profesor, tu conciencia quedará calmada pero en realidad no has avanzado nada; de hecho, probablemente hayas perdido mucho tiempo. Si lo que necesitas es voluntad, acudir a una academia de forma pasiva no te va a ayudar, pero hay infinidad de técnicas y trucos para conseguirlo. Pero si ponernos en marcha nos cuesta, hacerlo solos aún más. Otra de las características de la naturaleza humana es nuestra necesidad de actuar en grupo. Nos sentimos seguros haciendo las cosas acompañados: vamos al gimnasio con un amigo, nunca viajamos solos, etc. Encerrarte en un aula con más personas te hará sentir una falsa seguridad: estarás acompañado (pero por tus competidores) y te convencerás de estar haciendo lo correcto ya que otras personas a tu alrededor hacen lo mismo (no te diferencias).
Además, te sentirás cómodo mientras alguien te guía, alguien asume el liderazgo y tú simplemente vas haciendo lo que te dice. Pero en realidad no te guía a ti sino a un grupo. ¿Por qué ir con un rebaño si tú puedes avanzar más rápido o necesitas hacerlo más lento? En cualquier caso, la verdadera y profunda razón inconsciente por la que nos gusta que alguien nos guíe es para eludir una responsabilidad: si fracasas, la culpa será de otro y, además, siempre te puedes consolar con el fracaso de quienes hicieron lo mismo. Debes asumir tu responsabilidad individual y entender que eres dueño de tus fracasos pero también de tus éxitos. De ti depende que superes tu oposición, solamente de ti mismo.
Una vez decidido a estudiar la oposición, prepararse por cuenta propia requiere mucho tiempo, y no era tiempo lo que sobra precisamente. Además, sin experiencia previa no es aconsejable ir por libre ya que posiblemente no te centres en lo verdaderamente importante.
Buscar una academia o preparador, pedir referencias, ver perfiles de quienes acuden junto a ti, asistir a alguna clase a modo de prueba.
Los precios de una academia para una oposición estándar suelen rondar los 100 y 150 euros al mes, para un tiempo de preparación que normalmente lleva de nueve meses a un año. Pero cuidado al decidir si este es un camino adecuado para ti: las academias (y los preparadores) ayudan a poner el foco en lo verdaderamente importante, imponen una rutina de estudio que hace las veces de planificación y se encargan de la actualización constante de los materiales.
Aunque ya habrás visto que existen muchos inconvenientes a la hora de preparar tu oposición en una academia, también hay algunas ventajas innegables:
La lista de inconvenientes al preparar tu oposición en una academia es considerablemente más larga:
Volvemos a los trabajadores. Para ellos, aunque un preparador suele parecerles la mejor opción, tienen mayores dificultades por los horarios. Los trabajadores necesitan libertad total y horarios casi imposibles, lo que no les dará ningún preparador. Evidentemente están equivocados. Preparar oposiciones es un mundo y todo está pensado. Desde hace años, existen cursos para preparar oposiciones que ponen a nuestra disposición un tutor y un preparador pero con horarios muy flexibles. Obtienes el temario y estudias cuando quieres o cuando puedes. Al preparador sólo tienes que verlo en persona una vez a la semana, resuelven dudas vía email, skype, videoconferencia o telefónica. Posteriormente, también tienes la posibilidad de realizar los ensayos de examen, las correcciones y más con tu preparador personal en la cita semanal.
La situación personal de cada uno de nosotros será la que nos haga elegir una u otra opción. El análisis de tu situación personal es solo tuya, de cuáles son tus necesidades, tiempo y fuerza de voluntad. Esto será lo que nos haga elegir un camino u otro. Toda ayuda es bien recibida para conseguir nuestro objetivo. La decisión es solo de cada uno. No debemos olvidarnos nunca que lo importante es obtener plaza y para ello debemos fijar el objetivo de forma clara y realista, poniendo todo a su disposición sin excusas, sea cual sea la opción elegida.