Al profesional de salud, por definición y vocación, gusta y busca el contacto con su realidad clínica, la interacción con los pacientes en todas sus vertientes, siendo habitualmente y por deformación profesional, esquivos a analizar y profundizar la realidad legislativa que ampara nuestro quehacer profesional. En este sentido radica el origen de posibles errores y también en respuestas de procesos selectivos, evidentemente en ambos casos, subsanables.